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miércoles, 10 de agosto de 2011

Zárraga, un amigo de siempre (Por Domingo Aponte Barrios)

Domingo Aponte Barrios (Foto UNEY)
Hoy, venimos a hablar de Rafael Zárraga. Ya pasada la conmoción del primer momento, al saber su inesperada partida. Habíamos compartido con él, la noche anterior a su insólita partida, en un programa de televisión local. Esa noche hablábamos de Cocorote y de la fundación de San Felipe, tan estrechamente unidos estos pueblos en su devenir histórico. Casi al final del programa, Zárraga nos habló de su amor y su pasión por Cocorote; y al concluir su exposición afirmó premonitoriamente: “Este es el último trabajo que le dedico a Cocorote”. Al amanecer recibimos la noticia infausta: Rafael Zárraga había dejado de existir en su querido Cocorote. Después, las horas han seguido a las horas, los días a los días; y el mundo volvió al trabajo afanador con esa aterradora e implacable orden seguir la marcha en silencioso acatamiento al mandato del mundo profano con la herida aún abierta por el zarpazo brutal. Hoy evoco a Zárraga, el amigo, el colega, el compañero, el camarada, el escritor, el poeta, el dramaturgo y deseo señalar
un rasgo especial de su carácter. Lo evoco como el amigo, como el hombre famoso que siguió siendo el mozo cordial de Cocorote, el amigo de todos y de siempre. Rafael Zárraga, un muchacho humilde, sencillo, franco; pero una humildad una sencillez y una franqueza naturales y permanentes. A pesar de tener diferencias políticas con él, nunca tuvimos un disgusto, en esa larga amistad que mantuvimos. Su humildad no era una pose, era expresión natural; su sencillez no tenía nada de artificiosa, era una legítima expresión de su carácter; su franqueza no era una muestra de escondida agresión sino una expresión palpable de su riqueza interior, del borbotón de sentimientos que emergían espontáneamente de su alma. Hoy evoco aquellos días hermosos de nuestra querida Asociación Venezolana de Periodistas (A.V.P), Seccional Yaracuy. Nuestras reuniones y charlas; nuestras fraternales conversaciones o discusiones, siempre respetuosas, en tono cordial y afectuoso. Las reuniones en los cursos que se dictaban en la A.V.P., las celebraciones de elecciones de las autoridades de la Asociación y los momentos de solaz y esparcimiento que seguían esas actividades. Zárraga fue siempre un amigo, un amigo verdadero. Por ello hoy, conmovido todavía por su prematura partida, quiero dedicar estas líneas a su esclarecida memoria porque Zárraga fue para mí y para todos: Un amigo, siempre un amigo. Renuevo mi expresión de pesar a sus hijos y demás familiares.
San Felipe, 16 de Octubre del 2006.
(Hogueraverbal, Nº1, Año1, 2009)

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