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jueves, 11 de agosto de 2011

Rafael Zárraga, Fragmento de "La última oportunidad de Magallanes"

Durante muchos días y muchas noches te recordé siempre Rosa Malvarrosa Rosa de los Vientos. Sin que tú lo supieras te retuve en mis pensamientos, para hablarte de una ciudad que existe bajo esas aguas que navego hacia arriba y hacia abajo, sin atreverme a descubrirla, sólo porque le prometí a mi corazón que únicamente contigo y nadie más bajaría a conocerla Rosa Malvarrosa Rosa de los Vientos. Por eso cuando volví a este bar donde te conocí por primera vez, venía a pedirte que me acompañaras, que bajaras conmigo a la ciudad a la ciudad sumergida, y en cualquier plaza y en cualquier parque iba a contarte los cuentos que nunca te contaron, las historias que jamás oíste Rosa Malvarrosa Rosa de los Vientos. Y juntos recorreríamos luego las avenidas de los jardines infinitos, las catedrales mágicas, el palacio del Divino Emperador, el cementerio de los Dioses Eternos del agua y del tiempo Rosa Malvarrosa Rosa de los Vientos.
Pero si ya no existes, ¿por qué sigo bebiendo en este lugar donde tu mano ya no puede llenar mi copa? Lo presentí y lo dije Rosa Malvarrosa Rosa de los Vientos, que tu muerte iba a dolerme en la parte más blanda que había ido guardando para tu cariño. Lo presentí y lo dije aquella noche cuando al salir del bar, alguien murmuró a mis espaldas que eras la hembra de un diablo policía secreto. Sin embargo, ya en las aguas lejanas te seguí recordando Rosa Malvarrosa Rosa de los Vientos…” (Rafael Zárraga, Fragmento de La última oportunidad de Magallanes. San Felipe: Gobernación del Estado Yaracuy, 1978. P. 65-66).

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